Ellos vuelan desde el Gardin Botanico por Caracas llenándola de colorido.
Guacamayas o guacamayos.
Ara ararauna, la guacamaya que habita en Caracas.
Esta historia de las Guacamayas
volando la ciudad de Caracas es maravillosa ya que yo personalmente viví una
historia con ellas, cuando estuve hospitalizada en el Hospital Clínico
Universitario en Caracas en el año 2008 estuve en el 4 piso en neurología ya
que sufrí un pequeño derrame cerebral, y la sala de neurología Y mi cama estaba
cerca de la ventana donde había un árbol con un tronco muy grueso y lleno de
grandes agujeros hechos por las Guacamayas.
Las Guacamayas venían todos los días
desde el jardín botánico volaban en parejas y todos los días me visitaban y
hacían mucho ruido pues ellas se peleaban por el árbol, ellas tenían varios
colores azules, verdes, y rojas, todas bellísimas, era un espectáculo que me
alegraba todas las mañanas, ellas se quedaban como una hora y luego se iban
volando por el cielo de Caracas, es un espectáculo hermoso, esa alegría de ver tan hermosas Guacamayas me
ayudo a recuperarme más rápido, hoy siento un gran placer en poder compartirles
la historia de mis amigas y de esta tradición en el cielo de la hermosa
Caracas, la reseña de esta historia y las bellísimas fotografías la encontraran
en la mitad del capítulo, los saluda Dolores Señaris Calviño.
Guacamayas.
La hermosa ciudad de Caracas.
Bandadas de guacamayos colorean los cielos de Caracas.
Guacamayo azul.
En la década de 1970, al pie de las verdes montañas que protegen Caracas, un inmigrante italiano alcanzó la fama tras ser perseguido, sin razón aparente, por un veloz guacamayo cada vez que conducía su moto por la ciudad. Aquel joven era Vittorio Poggi, un carpintero amante de los animales quien, a partir de ese insólito suceso, empezó a criar guacamayos y diseminarlos por el fértil valle donde se levanta la capital de Venezuela.
Cuarenta años más tarde, cientos -quizá miles- de descendientes de esas primeras aves colorean los cielos de Caracas, dándole a sus cinco millones de residentes un instante de tranquilidad en la caótica y peligrosa urbe. “Cuando la gente ve a las guacamayas volar en el cielo de Caracas, recuerdan a Vittorio (…) pienso haber hecho algo positivo”, dijo Poggi, de 70 años, rodeado de decenas de aves en su casa de las afueras de Caracas. Allí, Poggi cuenta en su español que no ha perdido el acento italiano que sueña con levantar un mini zoológico para sus 20 perros, varios gatos, dos chivos, gallinas, tortugas y pavos reales, mientras recuerda con nostalgia a “Pancho”, aquel guacamayo que lo seguía a todos lados y que reprodujo con éxito.
Considerada la segunda ciudad más violenta del mundo por Naciones Unidas, Caracas sufre también de un tráfico capaz de acabar con la paciencia del más apacible. Y, desde hace un año es común ver a sus habitantes haciendo enormes colas bajo el sol en las afueras de supermercados a la caza de bienes escasos.
Sin embargo, sobre antenas, azoteas y alféizares, el guacamayo azul y amarillo (o Ara ararauna) rompe esa odiosa rutina. A pesar de no ser oriundo de esta ciudad, sino de las selvas tropicales que se extienden desde Panamá hasta Paraguay, este tipo de guacamayo se ha adaptado bien, según especialistas, gracias a la frondosa vegetación que convive entre rascacielos.
Amenazados en otros países de América, en Caracas es común ver varias de las 17 especies de guacamayos. Los rojos con verde y azul (Ara chloropterus) y verdes (Ara militaris) surcan los cielos al ritmo de sus inconfundibles alaridos. “El caraqueño se ha acostumbrado a verlas volar, a escucharlas”, dijo Ivo Contreras, quien construyó en su azotea una enorme plataforma de acero con forma de helipuerto -a la que bautizó como “guacapuerto”- donde llegan decenas de guacamayos a comer semillas de girasol. “Es un disfrute, un oasis de tranquilidad en esta ciudad de concreto”, agregó.
Contreras, de 45 años, todavía recuerda el día en que un ejecutivo de la estatal petrolera PDVSA le ofreció un cheque en blanco para comprarle su apartamento en el centro de Caracas para poder disfrutar de los guacamayos. Finalmente, el también estilista de Miss Venezuela rechazó la oferta.
Pero no todos han tenido que construir una plataforma para deleitarse con la visita de los guacamayos.
En las áreas verdes que componen Caracas como el Parque del Este, Los Caobos y el Ávila, la cadena montañosa que separa la ciudad del mar Caribe, cientos de corredores tienen el privilegio de disfrutarlas.
Y, de un tiempo a esta parte, en varios distritos capitalinos, se volvió común ver a vecinos alimentando, desde su ventana, a estas aves de poderosos picos y largas colas.
Y, de un tiempo a esta parte, en varios distritos capitalinos, se volvió común ver a vecinos alimentando, desde su ventana, a estas aves de poderosos picos y largas colas.
Mercedes Ramírez, una jubilada de 60 años residente de una zona acomodada de Caracas, recuerda que la última Navidad una bandada de casi 30 guacamayos llegó al ventanal de su sala, sin previo aviso, y desde aquella tarde, vuelven en busca de semillas de girasol, plátano y galletas.
“Los vecinos me preguntan cómo hago para que vengan a mi ventana y yo les digo: ‘uno no elige a las guacamayas, las guacamayas lo eligen a uno’”.
Guacamayo azul.
Guacamayas.
La mayoría de los guacamayos o guacamayas habitan en los alrededores del Jardín Botánico en Caracas. Los guacamayos o guacamayas son un género de aves de la familia de los loros, del orden de las Psittaciformes que comprende 14 especies (seis de ellas extintas) de origen americano, habitando desde las selvas de México hasta el noreste de Argentina, aproximadamente. Se alimentan de insectos y bayas y viven en los árboles. Se reconocen 17 especies de guacamayos, 23 si se considera las extintas, divididas en 6 géneros, siendo Ara el género más numeroso en un principio este género contenía a todas las demás especies, y en algunos libros y sitios todavía figura como género único.
Ara ararauna, la guacamaya que habita en Caracas.
Guacamayas o guacamayos.
Guacamayas o guacamayos.
Guacamayas o guacamayos.
Guacamayas o guacamayos.
Guacamayas o guacamayos.
Guacamayas o guacamayos.
Las guacamayas son aves de la Familia Psittacidae, la misma de loros y pericos. De las 14 especies originarias sólo sobreviven 8; todas pertenecientes al Género Ara.
La que habita el valle de Caracas desde hace mas de 30 años es Ara ararauna. Esta es una guacamaya azul y amarilla que habita el continente sudamericano, desde Panamá hasta el norte de Argentina, pasando por toda la cuenca amazónica.
Estas aves viven en parejas y vuelan en bandadas de de 25-30 ejemplares. Desde 1970, Victor Poggi, un venezolano de origen italiano se dedicó a criarlas para luego liberarlas. A él se le atribuye la presencia de estas aves por toda la ciudad. Inicialmente habitaban en la “Ciudad Universitaria” en Bello Monte y Los Chaguaramos.
Vittorio Poggi.
Victor Poggi nació en Italia hace 63 años, pero es venezolano de corazón, y ornitólogo “ad honorem” Desde 1978 Victor Poggi ha criado más de 80 de estos pájaros en libertad
En las últimas décadas se ha vuelto evidente la presencia de guacamayas en el cielo de Caracas. Se pueden ver en Bello Monte, Los Chaguaramos, El Cafetal y Las Mercedes, aunque tampoco resulta extraño encontrarlas por Plaza Venezuela.
Y es que desde 1970, cuando Victor Poggi decidió que esa era su pasión, la ciudad se ha ido poblando de estos pájaros. La Fundación Plumas y colas en libertad ratifican la hipótesis. “En Caracas había loros, pero no guacamayas. Observamos fundamentalmente las amarillas con azul, que no son comunes y son las descendientes de las criadas por Poggi, que tiene muchos años haciendo ese trabajo. El aumento en la población se debe a él” afirmó Grecia Marquis, directora de la ONG. Poggi asegura que ha criado a más de 80 guacamayas. Ahora tiene alrededor de 16 en Potrerito. Pero por muchos años vivió en Colinas de Bello Monte, donde mantuvo a muchas en libertad, las cuales hicieron nidos y reprodujeron a otras, que hoy son salvajes. “Las guacamayas de Caracas son las nietas de las que yo crié” asegura.
Estos son los que vuelan en Caracas.
Guacamayas o guacamayos.
Vittorio Poggi conoce las
guacamayas mejor que nadie. Podría decirse que los pájaros lo escogieron a él,
porque empezó su afición una vez que llegó una guacamaya a su ventana y se
quedó para siempre. A partir de entonces, comenzó a criarlas, pero siempre en
libertad. Afirma que pueden volar grandes distancias, las suyas van desde
Potrerito hasta Caracas. “Son capaces de resolver problemas increíbles, lo que
demuestra que tienen gran inteligencia. Por eso tenerlas encerradas es un
crimen. Deben vivir en libertad”. Por eso se pregunta si cometió un error al
criarlas. “Lo mejor es que sean salvajes” asegura. Sin embargo, quien disfrute
en Caracas de la presencia de estos animales, probablemente le agradecerá el esfuerzo.
Dolores Señaris Calviño, autora
del (blog Sola en América) y del blog ( Te amo Venezuela mi país) y de esta página, (F.Ppublividas) y presidenta de la Fundación
,( F.Vidas La Milagrosa en Facebook.
Dolores Señaris Calviño.
Les dejo los link de cada pagina y blog para que disfruten de mis trabajos.
http://teamovenezuelamipais.blogspot.com/2018/05/introduccion-la-pagina-te-amo-venezuela.html
http://solaenamerica.blogspot.com/2018/03/capitulo-ochenta-y-ocho.html
https://www.facebook.com/fvidas.lamilagrosaNota: Las fotografías de nuestra historia en el blog
Todas las reseñas y fotografías
son producto de un seguimiento diario en diferentes redes sociales. Además, la historia de las guacamayas es muy hermosa y
mi contacto con ellas ya que tuvieron
mucho que ver en mi recuperación de salud como lo relato en el encabezado de la
página, Lo coloco a manera de información y para que quede plasmado en esta página como información para las
generaciones futuras. Les recuerdo a los lectores que los blog y esta página
son una herencia que les dejaré a mis nietos para que conozcan sus raíces y
quien era su abuela, y a la vez conozcan los acontecimientos y tradiciones que
sucedieron en Venezuela y el mundo. Dolores Señaris Calviño.
Contacto
¿Quiénes somos?
Somos Fundación I.J.M. La Milagrosa RIF: J-29780376-9, una fundación sin fines de lucro que apoya a las personas con cáncer de cabeza y cuello. La fundación fue registrada en Caracas, Edo. Miranda-Venezuela ante el Registro Municipal de Baruta en la Avenida Miguel Ángel de Bello Monte.
La fundación fue creada en homenaje a Isidro José Montoto Señaris, quién falleció en el año 2005 en Caracas, Venezuela por cáncer de laringe producido por el cigarrillo. Su presidenta, mi persona Dolores Señaris Calviño, decidió escribir un blog en Internet llamado (Sola en América) con una historia de fondo personal documentada con fotografías y debido al éxito de éste en todo el mundo, decidí complementarlo añadiendo lo hermoso que sucede en Venezuela, tales como tradiciones, historia y espectáculos, editando un capítulo mensual donde reseñamos todos los acontecimientos positivos del momento.
Este blog será una herencia para mis futuros nietos y será fuente de información para las futuras generaciones.
¿Qué le ofrecemos al cliente?
El blog ha alcanzado millones de entradas en Internet, por ese motivo he decidido abrir esta página para publicar sus eventos en los capítulos de nuestro blog (Sola en América) en donde reseñaremos con fotografías, vídeos y la información que nos suministren; bodas, primeras comuniones, bautizos o cualquier otro evento que el cliente decida por un costo muy razonable. Sus eventos publicados en nuestro blog serán vistos por 25 países que actualmente están siguiendo el blog. Adicionalmente editamos un vídeo con la reseña completa de su evento y lo enviamos para que el cliente lo tenga de recuerdo. También si lo desea, lo publicamos en Facebook, Twitter, Google y Youtube. Los ingresos serán un aporte para realizar labor social de nuestra fundación.
También hacemos reseñas de publicidad para las empresas que se quieran anunciar en nuestro blog. El costo de la reseña dependerá de en cuantos capítulos del blog se quieran anunciar. Cada capítulo tendrá un precio unitario, si se anuncia en los 12 capítulos del año tendrá un precio especial
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